Tecnología en el aula ¿sí o no?
A tenor de las tendencias que podemos observar últimamente en algunos centros de infantil y primaria, e incluso gobiernos, ha trascendido más allá de los sectores educativos el debate sobre el uso de herramientas digitales en la educación, que se venía dando en los últimos años entre los diversos agentes educativos. Mientras algunos defienden su prohibición, argumentando que distraen a los estudiantes y dificultan el aprendizaje, otros defendemos que, si se utiliza de manera efectiva, la tecnología no es un obstáculo, sino una poderosa aliada para mejorar la experiencia educativa.
Desmitificando el mito de la distracción: educar, no prohibir
Uno de los argumentos más comunes esgrimidos en contra de la tecnología en el aula es su potencial para distraer a los estudiantes. Es cierto que, sin una guía adecuada, algunos alumnos pueden desviarse hacia redes sociales o videojuegos en lugar de concentrarse en sus estudios. Investigaciones como la de Sana, Weston y Cepeda (2013) confirman que el uso inadecuado de ordenadores portátiles o laptops en clase puede afectar negativamente la comprensión de los contenidos.
Sin embargo, prohibir la tecnología no es la solución. En su lugar, el enfoque debe centrarse en enseñar a los estudiantes a usar estas herramientas de manera responsable y productiva. Al incorporar metodologías de aprendizaje activo, los educadores pueden fomentar cuestiones de vital importancia como el pensamiento crítico y la alfabetización digital, transformando las posibles distracciones en oportunidades de participación.
La tecnología como potenciador del aprendizaje
La evidencia científica respalda firmemente la idea de que la tecnología bien implementada mejora el rendimiento académico. Un metaanálisis exhaustivo realizado por Tamim et al. (2011) concluyó que los estudiantes que utilizan tecnología en su aprendizaje obtienen mejores resultados que aquellos que no lo hacen. De manera similar, John Hattie (2009) destaca cómo la retroalimentación o feedback inmediato proporcionado por herramientas digitales mejora significativamente la retención y comprensión del conocimiento.
Los sistemas de aprendizaje adaptativo, por ejemplo, son un cambio de paradigma. Estas plataformas personalizan el contenido educativo según el ritmo y las necesidades de cada estudiante. La investigación de Rand Corporation (Pane et al., 2014) muestra que estas tecnologías han generado mejoras académicas significativas, especialmente entre estudiantes con dificultades de aprendizaje.
Preparando a los estudiantes para un futuro digital
Vivimos en un mundo digital, e ignorar esta realidad perjudica a los estudiantes. La OCDE ha enfatizado repetidamente que la alfabetización digital es una habilidad clave en la sociedad actual y la del futuro. Prohibir la tecnología en el aula no solo priva a los estudiantes de herramientas valiosas, sino que también los deja en desventaja frente a un mercado laboral que exige cada vez más competencias tecnológicas.
Y es que, el verdadero desafío en la educación no es la presencia de la tecnología, sino cómo se utiliza. Rechazarla por completo significa dar la espalda a un recurso con un enorme potencial para transformar el aprendizaje y hacerlo mejor. En lugar de prohibirla, debemos centrarnos en equipar a los estudiantes con las habilidades necesarias para usarla de manera inteligente y responsable. La pregunta no es si la tecnología debe estar en las aulas, sino cómo podemos aprovecharla al máximo para enriquecer la educación. Para todo ello, será de vital importancia formar y concienciar a docentes, otros educadores, equipos directivos y gobiernos del área en cuestión en el uso estratégico de las tecnologías adaptadas a la enseñanza-aprendizaje.
Referencias
- Hattie, J. (2009). Visible learning: A synthesis of over 800 meta-analyses relating to achievement. Routledge. https://doi.org/10.4324/9780203887332
- OCDE (2021). The digital transformation of education: Connecting schools, empowering learners. OECD Publishing. https://doi.org/10.1787/9789264313835-en
- Pane, J. F., Steiner, E. D., Baird, M. D., & Hamilton, L. S. (2014). Continued progress: Promising evidence on personalized learning. Rand Corporation. https://doi.org/10.7249/RR1365
- Sana, F., Weston, T., & Cepeda, N. J. (2013). Laptop multitasking hinders classroom learning for both users and nearby peers. Computers & Education, 62, 24–31. https://doi.org/10.1016/j.compedu.2012.10.003
- Tamim, R. M., Bernard, R. M., Borokhovski, E., Abrami, P. C., & Schmid, R. F. (2011). What forty years of research says about the impact of technology on learning: A second-order meta-analysis and validation study. Review of Educational Research, 81(1), 4–28. https://doi.org/10.3102/0034654310393361
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